Características

Ilustración de partes de la planta

Es un árbol perennifolio, de hojas lineales de 1,5 a 3 cm, planas, solitarias, no punzantes, dispuestas en dos hileras gruesas con dos líneas blanquecinas en la parte inferior; yemas no resinosas. Sus ramas desde el suelo son casi horizontales. Estróbilos erectos entre 10 y 20 cm con escamas tectrices. Los conos machos, amarillentos, miden de 7-12 mm y aparecen agrupados en la parte inferior de las ramillas. Los conos hembras, verdosos, miden de 10-18 cm de longitud, erectas, verdosas al desarrollarse.

 

 

 

Floración

Florece en la primavera, durante el mes de abril. Los conos maduran en el otoño siguiente. Las flores se dividen en conos femeninos (las piñas o estróbilos) y en conos masculinos (donde se encuentra el polen).

 

Hábitat

En las laderas y umbrías de las montañas, principalmente sobre los suelos frescos y profundos, tanto en los ricos como en los pobres de cal, con óptimo entre los 700 y 1800 metros, pero alcanzando con frecuencia los 2000 m. Requiere un clima húmedo, con sequía estival no muy acusada, perjudicándole mucho las heladas tardías. Se asocia al haya y también al pino albar, cuando este es favorecido; o con el pino negro en su límite superior. En principio no son muy comunes en la Península Ibérica, aunque se han podido ver resquicios de este pináceo en la cornisa cantábrica.

 

Distribución

En el norte y centro y algunas áreas del sur de Europa; en España se desarrolla en la zona norte peninsular y especialmente en los Pirineos, encontrándose sus masas más importantes en la Comunidad Foral de Navarra y provincias de Huesca, Lérida, Barcelona (alto Bergueda, refugio de Rio) y Gerona. Alcanza su límite más meridional en el Montseny y Sierra de Guara.

 

Historia

Dioscórides no menciona el abeto, pero Andrés Laguna lo clasifica junto con otras coníferas parecidas como el pino, y dice "Mas el abeto produce aquel excelente líquido incógnito a los antiguos, comúnmente llamado óleo de abeto, el cual se coge rompiendo ciertas vexiguillas que se hinchan entre corteza y corteza de dicho abeto, en las cuales milagrosamente se engendra. Es muy claro, puro, transparente, oloroso y amargo y tiene la virtud de soldar heridas frescas, y de encorar las llagas. Tomado por la boca resuelve toda ventosidad, vale contra dolores de yjada, purga las arenas de los riñones y mitiga los dolores de las junturas y de los nervios".