Descripción

Arbusto o pequeño árbol de hasta 5 m de altura, caducifolio, más o menos espinoso, muy ramificado. Tronco derecho, con la corteza resquebrajada y ramas opuestas, patentes; las jóvenes tetrágonas y a veces péndulas. Las hojas, simples, de 1,5-7 por 0,8-2 cm, son entre lanceoladas y oblongas, opuestas o subopuestas –en ramas jóvenes– o bien reunidas en fascículos alternos o subopuestos, caducas, subcoriáceas, lustrosas por el haz, glabras, de un verde amarillento, atenuadas en corto pecíolo con un ápice obtuso, a menudo redondeado –por excepción emarginado–, con glándula terminal (nectario) poco evidente. Las flores miden 3-4 cm de diámetro, solitarias, más raramente geminadas o ternadas con un pedicelo de hasta de 3 mm, acrescente al fructificar. El cáliz tiene 2-4 por 1,5-2 cm; es campaniforme, coriáceo, grueso, persistente, granate, glabro, brillante y segmentos triangulares soldados, valvares en la prefloración, persistentes en el fruto y en número variable de cinco a ocho. Los pétalos, de 2-2,5 por 1-1,5 cm, son obovados, corrugados, caedizos, de color rojo intenso (por excepción rosáceos); pueden ser dobles, o más, en los cultivos. El androceo tiene estambres de filamentos largos, rojizos con anteras amarillas. El gineceo tiene ovario ínfero, totalmente soldado al hipanto, con el estilo filiforme y el estigma capitado. El fruto es en balausta de 5-12 cm, esférico, coriáceo, rojizo o amarillo-rojizo, coronado por los restos de los segmentos del cáliz, con lóculos en dos verticilos (raramente tres), de ordinario el inferior con seis lóculos y el superior con tres, todos ellos separados por el endocarpo membranoso y amarillento (tastanas). Las semillas, maduras y frescas, tienen unos 12-15 por 5-7 mm, con la capa superficial del episperma (exotesta) que es una sarcotesta -aunque hay autores que la describen como un arilo-1 constituida por células columnares carnosas, translúcidas, angulosas, prismáticas, de un color que va desde el blanco hasta el rojo-granate,2 y es dulce y comestible. Al contrario, la capa interna de dicho episperma (endotesta) que, en ausencia de endosperma, rodea al embrión (oleaginoso y con cotiledones convolutos) es escleroso-cristalifero, carácter del orden de los Myrtales.1 La dispersión de los propágulos es de tipo endozoocoría, pues las «pepitas» de las semillas, que contienen el embrión, no son digeribles y se reparten con las heces, en particular de las aves.

 

Hábitat y distribución

Subespontánea en los ribazos, cunetas y setos; indiferente edáfica; crece del nivel del mar hasta los 1100 m. Florece de abril a junio.

 

Originaria probablemente de la región irano-turania, se ha naturalizado en la zona mediterránea e introducido en Sudamérica, México, Sudáfrica y Australia; cultivada en áreas templadas y subtropicales. Dispersa, principalmente por el este y el sur de la península ibérica e Islas Baleares. También en las Islas Canarias.

 

Historia y significados simbólicos

 

Granados silvestres abandonados, como se muestra por el descuido de las plantas (sin cosechar ni podar) alrededor del Castillo de Aledua, en Llombay (provincia de Valencia), es una atalaya-fortaleza construida por los árabes y fueron ellos, precisamente, los que introdujeron el cultivo del granado en la Península Ibérica.

 

Madonna Salting, de Antonello da Messina, c. 1460-1469, con una granada en manos del Niño.

Este árbol es originario de la región que abarca desde Irán hasta el norte de los Himalayas en la India, y fue cultivado y naturalizado en toda la región del Mediterráneo incluida Armenia, desde la Antigüedad. Muy apreciado en las zonas desérticas, ya que está protegido de la desecación por su piel gruesa y coriácea, lo que permitía que las caravanas pudieran transportar su fruta grandes distancias, conservando sus apreciadas cualidades. Testimonios de su consumo se recogen en muchos documentos antiguos.

Se sabe del cultivo de la granada, desde hace al menos 5000 años en Asia occidental y en el Norte de África; se plantaba en los jardines colgantes de Babilonia y se encuentra esculpido en los bajorrelieves egipcios.

 

Los antiguos egipcios preparaban con su jugo un vino ligero con sabor a frambuesa.

 

Hipócrates recomendaba el jugo de la granada contra la fiebre y como fortificante contra la enfermedad.

Los antiguos egipcios eran enterrados con granadas. Los babilonios creían que masticar sus granos antes de las batallas los hacía invencibles.

 

Los romanos conocieron la granada gracias a los fenicios que la trajeron de Fenicia (aproximadamente en el actual Líbano) a Roma, de ahí su nombre científico de Punica.

 

La Biblia hace referencia en numerosas ocasiones a este fruto, y siempre en su defensa.

 

La granada tiene un cáliz con forma de corona. En la tradición judía fue el diseño original, que inspiró para hacer las coronas.

 

Son los bereberes quienes traen la fruta a Europa, y popularmente se afirma que la ciudad de Granada debe su nombre al fruto.

 

Muchos pueblos han visto la granada como un símbolo de amor, de fertilidad y prosperidad:

 

Según la mitología griega, el primer granado fue plantado por Afrodita, la diosa griega del amor y de la belleza, mientras que el dios del Inframundo Hades, le ofreció su fruto a la bella Perséfone para seducirla.

En Java, está asociada a ciertos ritos que acompañan el embarazo.

Según Shakespeare, bajo su follaje se ocultó Romeo para cantarle una serenata a Julieta.

En China, se tiene la costumbre de ofrecerle una granada a los recién casados como auspicio de una descendencia numerosa (el color rojo de esta fruta es considerado por la tradición china un color que atrae la buena fortuna).

En el Islam se considera uno de los árboles del Paraíso, conforme a referencias coránicas y de las tradiciones del profeta Mahoma.

Por tener la granada gran cantidad de pepitas, era considerada en la antigüedad como un símbolo de fertilidad y fecundidad. Era atributo de Hera, Deméter y Afrodita. En Roma era habitual que las novias llevasen un tocado de ramas de granado. Tiene especial relevancia en el mito de Perséfone y Hades.

La granada forma parte del escudo de la ciudad de Tacna, al sur del Perú6

Desde 1492 una granada forma parte del escudo de España. También del de Colombia. Son los únicos estados del mundo con una granada en sus emblemas nacionales.

Granada, antigua capital del Reino Nazarí de Granada en la Edad Media, es el nombre de la actual ciudad española, así como de su provincia. Su fruto está incluido en el escudo de armas de la ciudad.